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9 de Diciembre, Día Internacional Contra la Corrupción......
¿Qué podemos hacer desde el sector empresarial?

Han transcurrido casi 20 años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al 9 de diciembre como el  DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA CORRUPCIÓN, pero ¿Cuál fue el propósito de establecer un día en específico para luchar contra la corrupción? Crear conciencia contra esta problemática que constituye una amenaza para la gobernanza, el desarrollo sostenible y los procesos democráticos, son unas de las razones.

Con la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (CNUCC), celebrada en el año 2003, suscrita y ratificada por más de 100 países, se buscó impulsar medidas para combatir la corrupción, donde cada uno de los países signatarios deben poner en práctica a través de “la creación de políticas coordinadas y eficaces que faciliten la participación de la sociedad y reflejen los principios del imperio de la Ley, la debida gestión de los asuntos públicos y los bienes públicos, la integridad, la transparencia y la obligación de rendir cuentas, entre otros aspectos.” (artículo 5)

Según menciona las Naciones Unidas[1], este año, el 9 de diciembre marca el inicio de los esfuerzos para conmemorar el vigésimo aniversario de la CNUCC, teniendo por objetivo poner de relieve el vínculo crucial entre la lucha contra la corrupción y la paz, la seguridad y el desarrollo. Su núcleo es la noción de que la lucha contra este delito es un derecho y una responsabilidad de todos, y que solo a través de la cooperación y la implicación de todas y cada una de las personas e instituciones podremos superar el impacto negativo de este delito.

Así como la Convención de las Naciones Unidas, varias organizaciones como la OEA, OCDE, entre otras, han tratado la lucha contra corrupción con un enfoque de acción que involucra directamente a las entidades Estatales. Sin embargo, las generaciones actuales se enfrentan a grandes retos que amenazan la estabilidad de los gobiernos y cada vez son más conscientes de cómo el fenómeno de la corrupción afecta a toda la sociedad, en sus distintos sectores y están tomando acciones para combatirla, siendo el sector empresarial uno de los actores principales.

Por otro lado, la globalización, el constante desarrollo tecnológico, el crecimiento de las empresas, su internacionalización, la complejidad de sus operaciones y su organización interna, son factores que han evidenciado la falta de capacidad del Estado en controlar ciertas actividades que pueden ser consideradas como riesgosas para la sociedad, y pueden conllevar al cometimiento de incumplimientos, por lo que resulta necesario incentivar la autorregulación por parte de las empresas para manejar adecuadamente dichos incumplimientos.

¿Cómo han empezado a contribuir las empresas en esta lucha?

En razón de esta necesidad de autorregulación, las organizaciones son más conscientes de la responsabilidad moral, sin dejar de lado la legal, de luchar contra la corrupción y prevenir la falta de integridad y transparencia, siendo más sólidas y sostenibles.

Actualmente las empresas se han detenido a analizar y cuestionar su forma de llevar a cabo sus negocios y si de alguna forma su actividad está contribuyendo a que la corrupción sea una constante en la sociedad, dejando de señalar al Estado como el único foco de generación de actos de corrupción y asumiendo su contribución en que esto pueda suceder.

Y es aquí, donde la cultura corporativa juega un papel crucial en la prevención de la corrupción en los negocios y la falta de integridad empresarial, ya que está integrada por el conjunto de valores, creencias y formas de actuar o responder, de quienes integran una empresa, constituyendo lo que normalmente se conoce como “sistema informal”, determinando el cómo se hacen las cosas en la organización.

Una de las herramientas con las que se puede trabajar en la cultura corporativa y que las empresas están implementando de forma voluntaria son las normas ISO, como la ISO 37001, en anti soborno; la ISO 37301 (CMS) en compliance o en el cumplimiento normativo. Por su parte, la ISO 37000 (no certificable) da recomendaciones sobre cómo cumplir con los principios de buena gobernanza, que a su vez es uno de los pilares sobre los que se basa un sistema de gestión de compliance eficaz, y la ISO 37002 que nos da una guía sobre los requisitos que deben de cumplir los canales de denuncias, siendo a su vez, una herramienta esencial para la función de Compliance y sistemas anti soborno.

Lo más importante a destacar de los CMS, es que su implementación es proporcional a la realidad de la organización, en razón de su modelo de negocio, número de empleados, jurisdicción y tamaño, por lo que todas las organizaciones pueden implementarlos.

Cabe recalcar que, en Ecuador no es obligatorio que las empresas implementen estos programas; sin embargo, se está impulsando a que voluntariamente sean adoptados, la introducción del compliance en el COIP, al ser considerado como un atenuante y la Superintendencia de Control de Poder de Mercado ha publicado la guía de compliance en la competencia.

Tanto el COIP como la guía de compliance, señalan requisitos mínimos que las organizaciones deben cumplir para que sea considerado como un programa de compliance eficaz y que actualmente están incorporando algunos de estos elementos con el fin de ser más transparentes y éticos a la hora de hacer negocios.  Sin ir más allá, algunas de estas buenas prácticas, son:

  1. Desarrollar un Código Ético, destacando que no es mejor código el más extenso, sino aquel que recoja y regule las materias que deben ser interiorizadas por todos los miembros de la organización y sus socios de negocio.
  1. Relacionado con el punto anterior, impulsar la adhesión al código ético a toda la cadena de valor, por tanto homologar sus proveedores y clientes con las buenas prácticas desarrolladas por la organización.
  1. Contar con un canal de comunicación, que permita a los grupos de interés comunicarse con la organización. Estos canales suelen ser nombrados como canales de denuncias y en la actualidad se sirven de la tecnología para ser más accesibles, brinden confianza al denunciante, garanticen el anonimato sin que pueda haber represalias por ello y la información proporcionada será confidencial. Cabe mencionar que distintas normativas, ya sean del campo laboral, prevención de lavado de activos, competencia, requieren que las organizaciones cuenten con canales de comunicación eficaces y que cumplan con los presupuestos antes mencionados.
  1. Partiendo de una estructura normativa interna, crear políticas necesarias para la aplicabilidad del código ético, como pueden ser políticas de regalos, en donde se regule los obsequios recibidos y aquellos que son entregados a terceros, particularmente a la administración pública; política de conflicto de intereses; política de usos informáticos, y política anticorrupción.

El objetivo fundamental de una política anticorrupción es prevenir y sancionar cualquier conducta que pueda entenderse como soborno, ya sea con la administración pública o en el entorno privado. Esta política se complementa con aquella que de regalos y hospitalidad, ya que busca prevenir el ofrecimiento o aceptación de atenciones, donde dichos actos pueden ser susceptibles de ser entendidos como soborno.

  1. Mantener una relación transparente y acorde con el marco legal con los gobiernos de los países en los que opere.
  1. Crear planes de formación a todos los empleados, con el fin de crear una cultura de cumplimiento y transparencia en los negocios.

De alguna u otra forma, o tal vez sin que su intención sea la de combatir la corrupción, cada vez son más las organizaciones que están implementando éstas buenas prácticas empresariales y que en ciertas jurisdicciones se han convertido en prácticas obligatorias por mandato de Ley, como el contar con canales de denuncia.

Así pues, para que la lucha contra la corrupción sea eficaz es imprescindible la colaboración del sector empresarial, porque suelen ser parte activa en situaciones de sobornos en la gran mayoría de casos. El cambio cultural en las empresas, estableciendo medidas concretas contra la corrupción, y autorregularizándose en la implementaación de programas integrales y efectivos para evitar este tipo de situaciones, son fundamentales para minimizar al máximo este tipo de situaciones.

[1] www.un.org/es/observances/anti-corruption-day

Por: María Isabel Machado Tovar

Autor: Falconi Puig Abogados
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